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Cómo reacciona un emprendedor social ante problemas

Cómo reacciona emprendedor social ante problemas. ¿Se rinde? ¿Se queja o busca alternativas?

Ante distintas experiencias vividas, cada persona ha optado por alguna de esas opciones: ha renunciado a continuar por el mismo camino, ha optado por quejarse de los inconvenientes pero ha seguido igual; o  ha buscado otros senderos por los cuales caminar, aunque no fuesen los inicialmente previstos.

Personalmente me encantó una frase que leí sobre una pareja de ancianos. Les preguntaban cómo habían conseguido seguir juntos más de 50 años.  Ellos respondían: «En nuestra época, si algo se dañaba, no lo tirábamos, lo arreglábamos y continuábamos.»

Cierto es que cada caso y situación es distinta. Todo depende de muchos factores para tomar una decisión adecuada.

El otro día me encontré con un magnífico ejemplo de trabajo diario con amor, un vendedor de «La Farola», de etnia gitana.  Mi sorpresa fue que ya no vendía la Farola, se había pasado al negocio de vender pañuelos desechables. Le pregunté qué había pasado, porque creo recordar que desde que vivo en Terrasa siempre ha mantenido el mismo negocio. Además era muy divertido encontrarse con él, porque a todas las mujeres nos decía: «María, compra la Farola».  Últimamente había modernizado y diversificado su slogan, y pasaba, según el tipo de fémina a: «Shakira, o María, compra la Farola».

Volviendo al tema, ¿qué pasó con la Farola? Respuesta simple, y común últimamente: La Farola ha cerrado. Así que el vendedor tuvo que buscarse la vida, y ahora se dedicaba a ofrecer pañuelos, eso sí, no había perdido su amable encanto.

¿Que por qué os cuento esta historia? Porque no son pocas las veces que me planteo desistir de mi camino de emprendedora social, más ahora, que ante las nuevas medidas económicas me parece que lo tendremos aún más difícil. Los productos que ofrecemos no son considerados de «primera necesidad», y hay otras opciones más económicas, aunque no sean socialmente responsables. Pero esta es la realidad. Entiendo y acepto que la mayoría de la gente, ante la incertidumbre, no piense tanto en el otro, sino en sobrevivir él y su familia de la mejor manera posible.

Antes de dedicarnos a algo en lo que no creemos, deberíamos todos probar otras opciones, como este antiguo vendedor de La Farola. Diversificar no sólo el «slogan» nos permite acceder a una clientela más amplia. Y si no es así, tras haberlo intentado de todas las formas posibles, ya decidiremos si queremos continuar por ese sendero, o si bien, es más prudente desistir de ese camino, para tomar otro. Quién sabe, igual nos ponemos en otra callecita y… ¡Le hacemos competencia a nuestro querido vendedor de pañuelos!

«Nos dijeron que la vida sería bonita, pero no nos dijeron que iba a ser fácil»…

Escrito por: Belen López, emprendedora social. Belén dejo su trabajo profesional en el sector lucrativo por el convencimiento de que hay modelos económicos alternativos.  Actualmente es coordinadora de MÓN Solidari, punto de encuentro para consumidores responsables en Terrasa.

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