Cómo elegir un mentor

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La importancia de un mentor

Tener un mentor estratégico puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso del proyecto. Gestionar una entidad, startup o empresa social puede ser un trabajo muy duro y solitario. En esta situación, conseguir el apoyo de mentores, personas ajenas al proyecto, que brinden asesoramiento, apoyo y retroalimentación objetiva, puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso del proyecto.

Qué es un mentor

Un mentor es una figura que canaliza su conocimiento y experiencia para guiarte en tu camino emprendedor y de gestión. Es una relación muy personal, puntual o con quien se puede tener un contacto frecuente (quincenal, mensual o trimestral) y donde el mentor actúa como una caja de resonancia: estará disponible para ofrecerte consejos y apoyo moral, aprovechar tus recursos, incitarte a repensar tu camino, replantear los problemas a los que te enfrentas o compartir contigo su valiosa perspectiva externa. Como mentorizado, te toca jugar un papel activo a la hora de tener en cuenta los comentarios y el feedback que te ofrezca, siendo tu objetivo maximizar vuestra relación.

Tipos de mentor

Existen diversos perfiles de mentores, y cada cual juega un rol importante en un momento dado:

A.- Mentor situacional

Un mentor situacional puede ser un amigo tuyo o el amigo de un amigo que fundó un negocio social como el tuyo; puede ser alguien con mucha experiencia en tu sector o el propietario de una pequeña empresa social con quien estás conectado a través de algún programa específico. Hay similitudes con el coaching, pero lo ideal es que nunca pagues por el asesoramiento de un mentor situacional. Aquí el rol del mentor está más ligado a su experiencia personal que a cualquier plan de estudios o certificado. La relación con un mentor situacional es por tiempo limitado (de una sesión a unas pocas sesiones a lo sumo).

B.- Mentor estratégico

Un mentor estratégico es un profesional cualificado, generalmente al que contratas. Debe de tener experiencia práctica en emprendimiento social y metodologías de apoyo a emprendedores y profesionales del sector. No tiene por qué saber exactamente sobre tu sector, pero sí conocer los fundamentos del emprendimiento y gestión de proyectos, así como las metodologías fundamentales (lean Startup, design thinking…) herramientas imprescindibles como los CANVAS, etc. Es un profesional que te ayudará a establecer tu estrategia general, a poner todas las piezas de tu proyecto en orden, a priorizar tus pasos y aprovechar mejor el tiempo. Además, será fundamental para ayudarte a escoger los mejores mentores situacionales y sacar lo mejor de ellos. Idealmente la relación con este tipo de mentores es de medio-largo plazo.

Por qué es importante un mentoring estratégico

Los resultados que obtengas de las mentorías situacionales variarán de un mentor a otro, incluso de una semana a otra. Los distintos mentoring situacionales pueden ofrecerte oportunidades y conexiones nuevas, perspectivas indispensables (del tipo que solo te puede ofrecer alguien que “ha estado previamente en esa situación y/o que ya lo ha hecho») o también pueden ayudarte a desarrollar la resiliencia y la confianza profesional que necesitas. El impacto puede ser enorme. Diferentes estudios concluyen que aquellos líderes y gestores que han recibido al menos seis horas de mentoring situacional de calidad llevan a cabo proyectos con mayor impacto.

Ahora bien, para conseguir estos resultados debes preparar bien los resultados que necesitas sacar con cada mentor y, sobre todo, elegir al mentor adecuado para el momento adecuado de tu proyecto. Si no es así, no aprenderás nada útil. Incluso si pasas un buen rato juntos, debes pensar que ese no es el objetivo y que no puedes permitirte ser poco eficiente para tu proyecto. Perder el tiempo profesional es algo que ningún emprendedor se puede permitir. Un mentor situacional es particularmente efectivo cuando tienes una idea clara muy clara de cuáles son tus metas y obstáculo, qué necesitas. Por eso, tampoco querrás a alguien que no te pueda ofrecer la información adecuada, o peor que pueda llevarte en la dirección equivocada… Y aquí es donde entra en acción el mentor estratégico.

El mentor estratégico tiene como función ayudarte a definir las metas, obstáculos y necesidades que estás viviendo (o prevenir las que puedan aparecer en el futuro) Te va a ayudar a optimizar y priorizar los recursos que tienes disponibles, así como a definir cómo buscar de la manera más eficiente aquellos que necesites. Encontrar al mentor adecuada es clave. Tener a un profesional cualificado, en quien confíes y con quien puedas hablar abierta y honestamente va a mejorar tu bienestar personal y, te lo aseguro, el rendimiento y resultados de tu negocio social.

Cuestiones a tener en cuenta para trabajar mentoring situacional

Recuerda la regla principal: no solo recibas. Aunque los mentores situacionales tienden a trabajar gratuitamente, muchas veces desde la generosidad más absoluta, es también recomendable pensar cómo tú les puedes aportar. Como en todas las relaciones, es algo bidireccional. El beneficio mutuo ayudará a que el resultado sea mejor. A la hora de buscar un mentor situacional, trata de identificar profesionales a los que tú también podrías ayudar de una manera u otra. Destaca este este aspecto según vayas relacionándote con ellos. Tu potencial mentor podría valorar tus conocimientos por tu juventud o sobre algún tema en específico, compartir algún hobby, etc. Tu trabajo es averiguar esto dónde puedes aportarle. Cuando se consigue, te aseguro que los resultados son mucho mejores. Lo he presenciado en cientos de ocasiones.

Lo dicho, intenta establecer una relación con el posible mentor de la forma más natural posible. Normalmente es simplemente un proceso dirigido a formalizar una relación personal que ya tienes previamente. Si no conoces a nadie que te pueda aportar, debes exponerte en nuevos contextos y construir nuevas relaciones. Por ejemplo, puedes apoyarte de incubadoras, aceleradoras y programas de apoyo de empresas donde ya deben contar con profesionales abiertos al mentoring. Lo que no suele funcionar es enviar un correo electrónico o un mensaje en LinkedIn en frío a un profesional que respetas preguntándole directamente: «¿Quieres ser mi mentor?”. Otro error que he presenciado en muchísimas ocasiones: emprendedores sociales tratando de obtener el apoyo de alguien justo después de conocerlo… Idealmente, las relaciones se deben construir gradualmente. Ni siquiera tienes que ponerle la etiqueta de “mentor” para conseguir resultados de un proceso de mentorizaje situacional.

Es importante que conozcas bien lo que un mentor situacional no puede hacer. La mentoría situacional tiene sus límites. Reconocer esto es crucial para que no generes falsas expectativas y establezcas algunos límites desde el principio. Por ejemplo, tu mentor no va a trabajar por ti ni debe decirte exactamente qué hacer. Si fuera así es una señal de alarma. Debe aconsejarte y contarte su experiencia. Pueden surgir desacuerdos entre vosotros, de hecho es algo normal y parte del proceso. No lo olvides: la última decisión y responsabilidad siempre es tuya, del emprendedor.

Es muy importante que a la hora de elegir un mentor situacional para tu emprendimiento social, mires también por cuestiones personales: valores, visión del mundo… Esto determinará si hay o no química profesional entre vosotros. ¿Miráis el mundo de la misma manera? ¿Ha tenido el tipo de carrera profesional que deseas? ¿Entiende y comparte tu definición de éxito profesional? ¿Sabrá guiarte manteniendo tus valores? A veces, un compañero o alguien simplemente más adelantado en su carrera que tú puede ser el mejor mentor. Sin embargo, también hay rasgos de carácter que tienen la mayoría de los buenos mentores, como la integridad, la honestidad y la positividad. ¿Puedes confiar en él? ¿Mantendrá la confidencialidad de la sesión?

Lo he visto en cientos de ocasiones, es tan importe la competencia técnica profesional como la actitudinal y los valores del mentor. Si no buscas el equilibro entre estos aspectos te aseguro que te encontrarás con muchas personas dándote consejos que te llevarán lejos de donde quieres llegar, y créeme, eso es algo que debes evitar si quieres tener éxito y no terminar frustrado.

9 aspectos en los que te ayudará un mentor estratégico

Son tantos los recursos, programas, profesionales, materiales y consejeros que tenemos disponibles hoy en día, que la ayuda de un mentor estratégico profesional es fundamental para ayudarte a navegar entre ellos, coger lo que te sirve, ignorar lo que no y no perderte por el camino.

1.- Averiguar el mejor perfil de las personas disponibles para mentoring situacional.

Enumerar los rasgos y la experiencia que estás buscando en un mentor. ¿Por qué quieres uno y qué valor esperas que agregue a tu trabajo? Tener una guía clara de los resultados que estás buscando te guiará con respecto a dónde buscar. Sin embargo, no debe ser demasiado específico, porque muchas personas diferentes de muchos ámbitos de la vida pueden aportarte valor. Aquí juega un rol importante la experiencia de tu mentor estratégico.

2.- Analiza las conexiones que ya tienes.

Siempre tiene más sentido comenzar desde lo que conoces, desde tu propia red de contactos. Piensa en tus círculos personales, académicos y profesionales. Busca aquellas personas que tienes al alcance cuyos aportes serían valiosos y que estarían felices de saber de tí y, claro que sí, ayudarte. Pregunta en tus círculos cercanos si conocen a alguien relevante que pueda haber sido mentor antes o que sea un experto en tu sector. Pide que te ayuden presentándotelo de manera informal. Mi experiencia me demuestra que la mayoría de las personas tenemos muchos más recursos al alcance de lo que somos conscientes. Muchas veces conocemos a alguien haciendo deporte, pero no caemos que en otros ámbitos nos podría ayudar. Un buen mentor estratégico te ayudará a superar tus puntos ciegos.

3.- Aplica a un programa de apoyo.

Hay bastantes programas específicos de incubación o aceleración de proyectos, incluso muchos especializados en emprendimientos y negocios sociales. Algunos están promovidos por instituciones públicas, otros por fundaciones privadas, ONG o grandes corporaciones. Todos tienen sus características peculiares. Incluso hay programas u organizaciones que ofrecen directamente mentorías. Solicitar el acceso a uno de estos programas es una de las maneras más sencillas de conseguir mentores, pues te pondrán en contacto con personas con experiencia que ya han declarado que están dispuestas. Ahora bien, nada es gratis. Sé de lo que hablo. Yo he diseñado y gestionado programas de apoyo a emprendededores para grandes empresas (Telefónica), ONGs (Acción contra el Hambre) y entidades públicas (Diputación de Málaga). Cada una tiene su propia agenda que puede no coincidir con el mejor interés del emprendedor/a. Es posible que tengas que cumplir con compromisos adicionales según el programa y tal vez tengas pocas opciones para decidir con quién trabajarás. ¿Cómo sabes cuál es el mejor programa para ti? A veces la mejor opción es decir que no… en estas decisiones te puede ayudar mucho tu mentor estratégico.

4.- Sal a la calle (en persona)

En este sentido, tienes que desarrollar tus habilidades de networking presencial. Aunque básicamente, todo comienza por prepararse y salir: a eventos, conferencias, formaciones, fiestas, lo que sea. Busca entablar conversaciones e intercambiar datos de contacto con aquellas que te parezcan interesantes. Para eso, antes debes saber qué necesitas, si no puede que la oportunidad te pase por delante y no la sepas detectar.

5.- Sal ahí fuera (online)

Además de exponerte cara a cara, es fundamental maximizar tu presencia online. Sigue a las personas cuyas opiniones valoras en redes sociales e interactúe con ellas. Únete a grupos con temáticas de interés, y participa… Vé más allá de las redes sociales tradicionales y participa en comunidades especializadas en temáticas que son relevantes para tu proyecto.

6.- Investiga de fondo.

Con suerte, a estas alturas, te habrán surgido algunos potenciales mentores. Si es alguien a quien no conoces personalmente, comprueba su presencia online para asegurarte de que es una buena opción para ti. Un poco de investigación siempre es bueno; te ayudará a validar tus primeras impresiones y además, te preparará para un contacto más personalizado a la hora de abordar la petición.

7.- Contacta.

Hazlo a través del medio que te parezca más natural, inicialmente no hay medios mejores que otros: ya sea el correo electrónico, las redes sociales o en persona, todo dependerá de dónde te sientas más agusto y también de dónde se encuentre tu interlocutor. Es importante que todavía no menciones la mentoría y que mantengas la conversación relativamente informal. Asegúrate de que tu mensaje está personalizado y adaptado al receptor. Solicita una cita presencial, por ejemplo un café. Si no puede ser una videollamada, y muy importante, cierra una fecha para que ocurra. ¡He visto a muchas personas olvidarse de eso, y las agendas de todos están complicadas!

8.- Construye la relación.

Prepara tu primera reunión, no lo dejes al azar: lleva temas de conversación y preguntas desde casa. Por ejemplo, ‘Estoy lidiando con tal aspecto de ser un fundador/a, ¿cómo lo has manejado tú?’ o ‘¿Hacia dónde crees que se dirige nuestro sector?’ y así sucesivamente. Piense también en lo que puede ofrecerles y háblale al respecto. Como mínimo, deberías pagar por su café. Si sientes que hubo conexión y que la conversación fluyó, pídele que os mantengáis en contacto. Envíale actualizaciones de tu proyecto, sin ser pesado pero sin dejar que se olvide de tí.

9.- Evalúa y formaliza.

Después de algunas semanas o meses, párate y evalúa cómo van las cosas. ¿Has puesto en práctica alguno de sus consejos? ¿Han hecho tiempo para seguir comentando aspectos? Si todo esto es un ‘sí’, podría ser el momento de llevar pasar al siguiente nivel y formalizar la relación. Por ejemplo, incluyéndolo en tu Consejo Asesor.

Conclusiones clave sobre cómo elegir un mentor

  • Trabajar con mentores situacionales puede suponer un gran salto para tu proyecto, pero no es tan simple como contratar a alguien para que haga algo por ti. Debes desarrollar y mantener su relación mentor-mentorizado de manera orgánica, pero hacerlo siguiendo unas pautas y de acuerdo a tus límites y valores profesionales.
  • A menudo, los mentores situacionales provienen de conexiones que ya se tiene: es más difícil comenzar una relación desde cero. También es muy importante no perder el tiempo con ellos, o incluso peor, elegir mal y que nos lleven a tomar decisiones que serán fatales para nuestros emprendimientos.
  • Dirigir un negocio puede ser una tarea solitaria y difícil: el mentor estratégico adecuado que te acompañe en el proceso puede marcar una gran diferencia en tu bienestar y en el trabajo que estás realizando. Te ayudará a priorizar objetivos, ser eficiente con tus recursos y obtener nuevos con el menor desgaste e inversión.

Si quieres trabajar conmigo como mentor estratégico, escríbeme pinchando aquí. He abierto algunas plazas este inicio de año.

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